¿Qué es la epilepsia?
La epilepsia está provocada por anormalidades en la actividad eléctrica del cerebro. Este órgano es incapaz de frenar o inhibir los impulsos eléctricos entre neuronas. Cuando tiene lugar una descarga excesiva se produce una crisis o ataque epiléptico.
El término epilepsia deriva del griego 'epilambaneim', que significa 'coger por sorpresa'. A finales del siglo XIX, el neurólogo inglés John Hugling Jackson, estableció la definición de epilepsia que permanece vigente hoy en día: "una descarga súbita, rápida y excesiva de las células cerebrales"
Síntomas de la Epilepsia.
Cuando una epilepsia surge con crisis tónico-clónicas, popularmente conocido por gran mal, se producen cambios en el cerebro que conducen a la pérdida de la conciencia y los síntomas pueden surgir, tales como:
Síntomas y signos vegetativos: Incluyen cambios de color en la piel (palidez o enrojecimiento), aumento de la presión arterial, taquicardia o bradicardia, piloerección, dilatación de la pupila… A veces son graves, e incluso mortales, porque producen síncopes, parada respiratoria, anoxia (falta de oxígeno) y edema pulmonar (líquido en el pulmón).
Síntomas sensitivos: Pueden ser elementales, como hormigueos, quemazón, dolor y otras sensaciones desagradables; o más elaborados.
Síntomas visuales simples: Consisten en alucinaciones en forma de luces o colores. También pueden ser ilusiones o alucinaciones más complejas.
Síntomas y signos motores: Ocurren en un segmento corporal determinado y no en todo el cuerpo. Suelen ser conductas repetitivas.
Alteraciones del lenguaje: En algunos casos se puede detener el lenguaje o la vocalización. En otros casos, el paciente repite frases sin sentido, o contesta inadecuadamente al observador.
Síntomas psíquicos: El paciente experimenta una sensación de irrealidad y falta de familiaridad con el ambiente que le rodea, como si todo fuera desconocido y se encontrara en un sitio extraño ; o bien al contrario, nota una sensación ya conocida o de asistir a un acontecimiento muy familiar .
Alucinaciones: Además de visuales, hay olfativas y auditivas. En cada caso pueden ser simples (un olor desagradable, un zumbido, un pitido…) o complejas (olores elaborados, audición de música, voces o mensajes). También pueden tener experiencias de felicidad próximas a estados místicos con sensación de grandiosidad, levitación por el espacio, o apariciones celestiales.
Automatismos: Los más simples son el chupeteo, deglución, apertura y cierre de una mano o cambio en la expresión facial (alegría, sorpresa, miedo). Otros más complejos son frotar las manos entre sí, la ropa o los genitales.
Crisis gelásticas: Son aquellas en las que el sujeto experimenta una sensación de alegría inmotivada y risa automática incontrolable.
Tipos de Epilepsia (Crisis epilépticas)
Existen múltiples tipos de crisis epilépticas generalizadas. Las más frecuentes son:
Crisis generalizada tónico-clónica
Se produce una pérdida brusca de conocimiento, que motiva caída al suelo si se está de pie, rigidez de todo el cuerpo en un inicio (fase tónica) y después movimientos rítmicos de todo el cuerpo (fase clónica). Durante este tipo de crisis epiléptica se puede producir mordedura de la lengua, expulsión de orina, labios amoratados y la persona se puede lesionar debido a una caída brusca, a los movimientos o a la mordedura lingual. Al finalizar, la persona se va recuperando poco a poco, en varios minutos. Son las crisis epilépticas más aparatosas y también unas de las más serias. En la actualidad, son de aparición rara porque los medicamentos que se utilizan para el tratamiento de la epilepsia son eficaces en controlarlas. En una persona que esté bien controlada de las crisis epilépticas con medicación para la epilepsia, el abandono brusco del tratamiento puede ser motivo de aparición de este tipo de crisis epiléptica.
Crisis generalizada de ausencia:La persona permanece absorta e inmóvil con el conocimiento perdido y con la mirada fija durante unos pocos segundos, alrededor de diez a quince. A veces pueden producirse movimientos oculares, parpadeo y de otras partes del cuerpo. La recuperación es muy rápida y muchas veces pasan desapercibidas por su brevedad. Suelen iniciarse en la niñez o en la adolescencia. Este tipo de crisis epiléptica se tolera bien, pero tiene tendencia a repetirse con mucha frecuencia, a veces varias en el día, por lo que pueden producir fallos de atención y de aprendizaje en el niño o adolescente.
Crisis generalizada mioclónica
Se produce una sacudida brusca instantánea de todo el cuerpo o bien de una parte del cuerpo, sobre todo de los miembros superiores, que provocan una caída al suelo de la persona o de objetos que se tengan en las manos. Duran un instante, a lo sumo unos pocos segundos y cuando son leves pasan desapercibidas por no concederle importancia la persona que las padece o sus familiares, hasta que aparece otro tipo de crisis epiléptica generalizada.
Crisis generalizada atónica
La persona cae de forma brusca por pérdida del tono muscular y de la conciencia durante muy pocos segundos y se recupera de forma instantánea, también en unos pocos segundos. Suelen ir acompañadas de otros tipos de crisis epilépticas, siendo raro que sea el único tipo de crisis que padezca una persona. La gravedad de este tipo de crisis epiléptica se debe al gran riesgo de heridas o golpes en la cabeza motivadas por la caída brusca e inesperada...
Crisis epilépticas focales
De forma similar, existen muchos tipos de crisis epilépticas parciales o focales. Depende del sitio de la superficie del cerebro donde comience la descarga epiléptica y de su extensión o no a otras partes del cerebro. Cada zona del cerebro tiene una función específica relacionada con la actividad motora, sensitiva, visual, memoria, etc. Si una crisis epiléptica se inicia en una de estas zonas se producirán síntomas diferentes, dependiendo de la función afectada.
Sin alteración del conocimiento (crisis parciales simples)
En una crisis epiléptica focal con síntomas motores se producen sacudidas rítmicas de una parte del cuerpo durante segundos o minutos.
Otras crisis producen una sensación o emoción anormal y solamente se da cuenta la persona que la sufre (“aura”), no apreciándose externamente nada. Pueden ser sensitivas, con un hormigueo intenso en una parte del cuerpo que puede o no extenderse de forma progresiva a otras zonas, o visuales, produciéndose visualización de luces o alucinaciones visuales durante poco tiempo, olfativas, auditivas, gustativas, aunque éstas son más raras. También pueden producirse alteraciones consistentes en síntomas psíquicos, como un pensamiento extraño, de aparición brusca y corta duración, como por ejemplo, tener la sensación intensa de haber vivido una situación con anterioridad, sin ser real.
A veces, consisten en síntomas autonómicos, como por ejemplo, malestar intenso y extraño con sudoración profusa, u opresión en la boca del estómago que asciende o no hacia la garganta, durante un corto espacio de tiempo.
Con alteración del conocimiento (crisis epiléptica parcial compleja)La persona pierde el conocimiento sin perder el tono muscular, se queda inmóvil sin responder varios segundos o unos pocos minutos y muy a menudo hace actos automáticos con la boca o con las manos, como movimientos de masticación y deglución, arreglarse la ropa, abrocharse botones, etc. Otras veces, se mueve como si estuviera consciente, pero tiene una actuación extraña, no responde al hablarle o lo hace de forma incoherente. El conocimiento va recuperándose poco a poco, con un estado de confusión mental que puede durar varios minutos.
Espasmos epilépticos.
Aparecen en niños con meses de edad, y son raras tras el segundo año de vida. Consisten en una flexión o extensión brusca del cuerpo y de la cabeza durante 1 a 5 segundos. Suelen aparecer en salvas y habitualmente son muy frecuentes, a veces de forma casi permanente.
¿Cómo se diagnostica la epilepsia?
Cuando una persona tiene episodios de alteración transitoria de la conciencia, la conducta, el lenguaje, el movimiento, la visión, o cualquier otra función del cerebro, las crisis epilépticas suelen ser una posibilidad diagnóstica.
DIAGNÓSTICO
Posteriormente se indaga sobre cómo ocurrió el ataque y qué comportamiento presentó la persona durante el ataque (si tuvo convulsiones, si se orino, si se mordió la lengua...). Para ello es de gran ayuda el testimonio de los testigos que hayan podido presenciar la crisis.
La segunda parte del diagnóstico tiene que ver con las pruebas. Es obligado en la mayoría de los casos en los que se sospecha que ha podido producirse una crisis, hacer un escáner cerebral o una resonancia magnética (según los casos) para descartar cualquier lesión intracerebral que haya podido causar el ataque. También se debe practicar una analítica para descartar enfermedades metabólicas causantes y un electroencefalograma (EEG) que mide la actividad eléctrica cerebral para identificar las descargas eléctricas anormales que precipitaron la crisis .
Causas de la epilepsia:
Alteraciones congénitas del desarrollo cerebral:
Quiste porencefálico
Infartos congénitos
Trastornos del desarrollo cortical: displasias, heterotopias, etc.
2. Anoxia perinatal
3. Traumatismo craneoencefálico
4. Facomatosis:
Síndrome de Sturge-Weber
Esclerosis tuberosa
5. Tumores cerebrales:
Astrocitoma
Oligodendroglioma
Tumor neuroepitelial disembrioplásico
Gangliocitoma
6. Infecciones del sistema nervioso central:
Meningitis
Encefalitis
Absceso
Parasitosis
7. Alteraciones vasculares
Malformaciones arteriovenosas
Angioma cavernoso o cavernoma
8. Accidentes cerebrovasculares (ictus)
Infarto
Hemorragia
9. Enfermedades degenerativas
Enfermedad de Alzheimer
Demencia vascular
Demencia fronto-temporal
10. Alteraciones hereditarias del metabolismo
Quiste porencefálico
Infartos congénitos
Trastornos del desarrollo cortical: displasias, heterotopias, etc.
2. Anoxia perinatal
3. Traumatismo craneoencefálico
4. Facomatosis:
Síndrome de Sturge-Weber
Esclerosis tuberosa
5. Tumores cerebrales:
Astrocitoma
Oligodendroglioma
Tumor neuroepitelial disembrioplásico
Gangliocitoma
6. Infecciones del sistema nervioso central:
Meningitis
Encefalitis
Absceso
Parasitosis
7. Alteraciones vasculares
Malformaciones arteriovenosas
Angioma cavernoso o cavernoma
8. Accidentes cerebrovasculares (ictus)
Infarto
Hemorragia
9. Enfermedades degenerativas
Enfermedad de Alzheimer
Demencia vascular
Demencia fronto-temporal
10. Alteraciones hereditarias del metabolismo
El tratamiento para la epilepsia
El tratamiento para la epilepsia debe guiarse por un neurólogo y por lo general se hace con la ingesta diaria de un fármaco antiepiléptico como :la oxcarbazepina, la carbamazepina o el valproato de sodio, por ejemplo.
Cuando las convulsiones no se controlan con tomar el medicamento, puede que tenga que asociar varios remedios. Además, en algunos casos, cuando los medicamentos no son efectivos, puede ser necesario realizar una cirugía
- Durante el tratamiento, las personas con ataques de epilepsia deben evitar situaciones que causan convulsiones, tales como permanecer demasiado tiempo sin dormir, beber demasiado alcohol o estar en ambientes con muchos estímulos visuales, como las discotecas.
Clásicos:
1. Carbamacepina
2. Clobazam
3. Etosuximida
4. Fenitoina
5. Fenobarbital
6. Primidona
7. Acido valproico
Nuevos:
1. Eslicarbacepina
2. Felbamato
3. Gabapentina
4. Lacosamida
5. Lamotrigina
6. Levetiracetam
7. Oxcarbacepina
8. Pregabalina
9. Rufinamida
10. Stiripentol
11. Tiagabina
12. Topiramato
13. Vigabatrina
14. Zonisamida
1. Carbamacepina
2. Clobazam
3. Etosuximida
4. Fenitoina
5. Fenobarbital
6. Primidona
7. Acido valproico
1. Eslicarbacepina
2. Felbamato
3. Gabapentina
4. Lacosamida
5. Lamotrigina
6. Levetiracetam
7. Oxcarbacepina
8. Pregabalina
9. Rufinamida
10. Stiripentol
11. Tiagabina
12. Topiramato
13. Vigabatrina
14. Zonisamida